Ni violencia
falócrata, ni histeria de sufragista, ni patriarcado, ni matriarcado,
sino rechazo del poder de uno sobre el otro, de la dominación
de un género sobre otro. Ni acostumbrada violación heterosexual,
ni autismo homosexual de repliegue lesbiano: el libertinaje
solar comprende esencial y fundamentalmente al hombre
y a la mujer sobre el mismo meridiano y el mismo planeta ontológico.
Lo que vale para uno de los sexos vale para el otro,
sin ninguna excepción, sin ninguna exclusión.
De esta manera se hallan alejadas y conjuradas las modalidades
esclavistas, feudales y burguesas del libertinaje. Todas
las formas no igualitarias de las relaciones no consentidas definen
el erotismo nocturno cuyos principios aborrezco: dominación
y servidumbre, lucha de las autoconciencias opuestas,
reino de la guerra generalizada, división del universo en amos
y esclavos, en señores y vasallos. ¿Qué es lo propio de lo solar
en la erótica que propongo? Dispersar las noches instaladas
entre los seres sexuados durante siglos de civilizaciones dolientes,
disipar las oscuridades, las zonas de sombra, anular el
poder de los acentos prehistóricos para instaurar el orden li-
bertario entre los cuerpos y las almas, las existencias y los destinos.


Formulación de un materialismo hedonista:
elaboraremos una teoría atomista del deseo como lógica
de los flujos que llaman a la expansión y necesitan para ello una
hidráulica catártica; secularizaremos la carne, desacralizaremos
el cuerpo y definiremos el alma como una de las mil mc:)dalidades
de la materia; propondremos un epicureismo abierto, lúdico,
gozoso, dinámico y poético a partir de los posibles esbozados
y ofrecidos por el epicureismo cerrado, ascético, austero,
estático y autobiográfico del fundador; precisaremos las modalidades
de un libertinaje solar y de un aros ligero; se invitará a
una metafísica del instante presente y del puro goce de existir;
tenderemos a un nomadismo de solteros promoviendo una opción
de cíclopes; reactivaremos la teoría del contrato pragmático,
utilitarista, deseable y dominado por la voluntad de disfrutar
mutuamente; propondremos una opción radicalmente igualitarista
entre los sexos y la formulación de un feminismo libertario;
reivindicaremos una auténtica aspiración a la esterilidad y una
práctica de las leyes de la hospitalidad redoblada por una permanente
invención de sí; desembocaremos así en una verdadera
estética pagana de la existencia.Michel Onfray.

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