Si la identidad consiste en un juego, en un
procedimiento para fomentar relaciones sociales y de placer
sexual que determinen nuevos vínculos amistosos, entonces es
útil. Ahora bien, si la identidad se convierte en el problema
capital de la vida sexual, si la gente cree que ha de descubrir su
propia identidad y que esta identidad ha de erigirse en norma,
principio y pauta de existencia; si la pregunta que se formulan de
continuo es: "¿Actúo de acuerdo con mi identidad?", entonces
retrocederán a una especie de ética semejante a la de la virilidad
heterosexual tradicional. Si hemos de pronunciarnos respecto a la
cuestión de la identidad, hemos de partir de nuestra condición de
seres únicos. Las relaciones que debemos trabar con nosotros
mismos no son de identidad, sino más bien de diferenciación,
creación e innovación. Es un fastidio ser siempre el mismo. No
debemos descartar la identidad si a través de ella obtenemos
placer, pero nunca debemos exigir esa identidad en norma ética
universal.Michel foucault

Comentarios