Michel Onfray (Argentan, 1 de enero de 1959). Filósofo francés. Nació en el seno de una familia de agricultores normandos. Doctor en filosofía, enseña esta materia en el Lycée de Caen de 1983 a 2002.

[editar] Citas

  • "Filosofar es hacer viable y vivible la propia existencia allí donde nada es dado y todo debe ser construido."
  • " El infierno vivido y habitado hace legítimo y deseable un mundo donde se trate de evitar el retorno de aquello que, de cerca o de lejos, pueda parecérsele. "
  • " El poder es esencialmente negativo. En cualquier lugar que se lo ejerza, de cualquier modo que se lo ejerza este ejercicio será inexorablemente malo, destructivo y perjudicial."
  • " El poder pervierte a quien lo ejerce -estas son pues las lecciones anarquistas de hoy: la eterna perversión de quienes ejercen el poder, sean quienes fueren, sean filósofos que se volvieron reyes o reyes con veleidades filosóficas. "
  • " El poder produce la división salomónica de la sociedad y del genero humano entre aquellos que lo detentan y aquellos que lo sufren -por un lado, los que tienen el poder, lo ejercen, lo aman, lo desean, lo reclaman y casi siempre disponen de él, por otro lado aquellos sobre los que se ejerce. "
  • "El aumento de la miseria en todas sus formas, el crecimiento de las alienaciones, el salvajismo de las leyes de la competencia, la pauperización generalizada, sólo encuentran medicación y farmacopea entre los partidarios del humanismo, en la caridad cínicamente organizada como empresa y espectáculo. A falta de justicia, el sentimiento llamado caritativo se apoya en las sociedades de beneficencia o de caridad, las donaciones que se piden por medio de grandes espectáculos en los que el mundo mediático se pone en primer plano, exacerbando el sistema, distribuye los emolumentos de una velada con el pretexto humanista de hacer soportable la miseria: Y mientras una cosa parece soportable, se hace difícil, imposible, impensable, su supresión. Jamás la actuación contrarrevolucionaria, conservadora, si no reaccionaria, de la caridad produjo efectos tan bellos."
  • "El capitalismo ha formulado su tipo ideal con la figura del hombre unidimensional. Conocemos su retrato: iletrado, inculto, codicioso, limitado, sometido a lo que manda la tribu, arrogante, seguro de sí mismo, dócil. Débil con los fuertes, fuerte con los débiles, simple, previsible, fanático de los deportes y los estadios, devoto del dinero y partidario de lo irracional, profeta especializado en banalidades, en ideas pequeñas, tonto, necio, narcisista, egocéntrico, gregario, consumista, consumidor de las mitologías del momento, amoral, sin memoria, racista, cínico, sexista, misógino, conservador, reaccionario, oportunista y con algunos rasgos de la manera de ser que define un fascismo ordinario. Constituye un socio ideal para cumplir su papel en el vasto teatro del mercado nacional, y luego mundial. Este es el sujeto cuyos méritos, valores y talento se alaban actualmente."
  • "Pienso en las tierras de Israel y de la Judea Samaría, de Jerusalén y Belén, en el lago de Tiberíades, aquellos lugares donde el sol quema las cabezas, reseca los cuerpos, deja sedientas las almas y provoca deseos de oasis, ansias de paraísos donde el agua corre fresca, límpida, abundante, y el aire es dulce, perfumado y grato, en los que abunda el alimento y la bebida. Los mundos subyacentes me parecen de pronto mundos contrarios, concebidos por hombres fatigados, exhaustos, consumidos porel trajín continuo a través de las dunas y las huellas de grava calcinada al rojo vivo. El monoteísmo surge de la arena."
  • "Al tomarse por lo que no son, al imaginarse en una configuración diferente de la real, los hombres evitan lo trágico, es cierto, pero pasan inadvertidos ante sí mismos. No desprecio a los creyentes, no me parecen ni ridículos ni dignos de lástima, pero me parece desolador que prefieran las ficciones tranquilizadoras de los niños a las crueles certidumbres de los adultos. Prefieren la fe que calma a la razón que intranquiliza, aún al precio de un perpetuo infantilismo mental. Son malabares metafíisicos a un costo monstruoso."
  • "La credulidad de los hombres sobrepasa lo imaginable. Su deseo de no ver la realidad, sus ansias de un espectáculo alegre, aún cuando provenga la más absoluta de las ficciones, y su voluntad de ceguera no tienen límites. Son preferibles las fábulas, las ficciones, los mitos, los cuentos para niños, a afrontar el desvelamiento de la crueldad de lo real que obliga a soportar la evidencia de la tragedia del mundo. Para conjurar la muerte, el homo sapiens la deja de lado. A fin de evitar resolver el problema, lo suprime. Tener que morir sólo concierne a los mortales: el creyente, ingenuo y necio, sabe que es inmortal, que sobrevivirá a la hecatombe universal..."

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