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Mostrando entradas de febrero, 2010
Lo que define el estado nomade es la subversion de las convenciones establecidas ,no el acto literal de viajar.Ese esquema implica una disolucion total de la idea de centro y , por consiguiente,de la nocion de sitios originarios o de identidades autenticas de cualquier tipo. El sujeto es un monton de partes fragmentadas que se mantienen unidas gracias al adhesivo simbolico que es el apego al orden falocentrico o la identificacion con el.Me impresiona la violencia del gesto que une a un yo fracturado con la ilucion perfomativa de unidad ,dominio ,autotransparencia .Me asombra la terrorifica estupidez de esa ilusion de unidad y de su fuerza incomprensible. Rossi Braidotti
Si la identidad consiste en un juego, en un procedimiento para fomentar relaciones sociales y de placer sexual que determinen nuevos vínculos amistosos, entonces es útil. Ahora bien, si la identidad se convierte en el problema capital de la vida sexual, si la gente cree que ha de descubrir su propia identidad y que esta identidad ha de erigirse en norma, principio y pauta de existencia; si la pregunta que se formulan de continuo es: "¿Actúo de acuerdo con mi identidad?", entonces retrocederán a una especie de ética semejante a la de la virilidad heterosexual tradicional. Si hemos de pronunciarnos respecto a la cuestión de la identidad, hemos de partir de nuestra condición de seres únicos. Las relaciones que debemos trabar con nosotros mismos no son de identidad, sino más bien de diferenciación, creación e innovación. Es un fastidio ser siempre el mismo. No debemos descartar la identidad si a través de ella obtenemos placer, pero nunca debemos exigir esa identidad en norma éti...
El deseo revela fluidos, fuerzas, energías cuantificables, mensurables, susceptibles de dejar huellas visibles por la observación, el análisis y el recurso a una matemática conceptual. No es necesaria una mitología, una Ontología para explicar el deseo, sino un género de medicina, de física y hasta de mecánica. El ojo del filósofo materialista busca lo visible, lo constatable, y rechaza las fantasmagorías religiosas. El deseo define la resultante de una complexión material, pues lo real se limita a los átomos y a sus relaciones en el vacío. El deseo procede de la necesidad de una dinámica fisiológica y de una inmanencia corporal. Acabemos de una vez con los excipientes intelectuales. Lo mismo sucede con el placer, que no nace con la restauración de un orden antiguo, pasado, sino en la promoción de un orden nuevo, presente. Michel onfray
El platonismo muestra teóricamente el cruel olvido del cuerpo, el desprecio de la carne, la celebración de la Afrodita celeste, la aversión por la Afrodita vulgar, la grandeza del alma y la pequenez de las envolturas carnales; luego se abren prácticamente en nuestra civilización occidental, inspiradas por estos preceptos idealistas, extrañas y venenosas flores del mal: el matrimonio burgués, el adulterio que lo acompaña siempre como contrapunto, la neurosis familiar y familiarista, la mentira y la hipocresía, el disfraz y el engaño, el prejuicio monógamo, la libido melancólica, la feudalización del sexo, la misoginia generalizada, la prostitución extendida en las aceras y en los hogares sujetos al impuesto sobre las grandes fortunas. Y también la figura del inhibido violento. La cerebralización del amor y su devenir platónico vuelven paradójicamente más vulgares las prácticas sexuadas. La dureza del ascetismo platónico cristianizado engendra y genera numerosos sufrimientos, dolores, pe...
No hay más que el arte de habitar el tiempo puntual. El placer no reside en un objeto hipotético, imposible de alcanzar, siempre frustrante, sino en la dimensión radicalmente real, visible y expansiva del mundo. El libertinaje invita a descubrir el puro goce de existir, de estar en el mundo, de vivir, de sentirse energía en movimiento, fuerza dinámica. También en el terreno amoroso, sensual o sexual. Ampliar el ser a las dimensiones del mundo, condescender a las voluptuosidades de la vitalidad que nos atraviesa permanentemente: he aquí el arte de esculpir el tiempo, de convertirlo en un poder cómplice. Pongamos a distancia, tan a menudo como sea posible, la negatividad que siempre busca un objeto. En torno a este axis mundi epistemológico, el epicureismo hedonista de Horacio genera consecuencias teóricas. Una metafísica de la desilusión; no condescender a las palabras de orden colectivas y generales que estructuran la religión social; una ética de la aceptación de la necesidad: no rebe...
Cuando las individualidades (maquinas moleculares) Se unifican con las tecnicas e instituciones ,estas les proporcionan una existencia visible (personas ,especies ,variedades ,medios ).la maquina emerge como un sujeto unico .las conexiones se vuelven globales ,entonces surgen las manifestaciones molares (por ejemplo el estado ),estan representan la masificacion y la manipulación del deseo .las maquinas deseantes moleculares son formas de organización del deseo .son lineas de fuga de un deseo que continuamente corre el riesgo de ser fagocitado por lo molar,en tanto organizador social Del deseo .lo molar masifica ,lo molecular libera escinde, diversifica. La libido como energia sexual es directamente movilizadora de acciones creativas. Siempre hay ademas de una maquina productora De un flujo ,otra conectada a ella y realiza un corte ,una extracción de flujo(el seno la boca )el deseo no cesa de efectuar el acoplamiento de flujos continuos Y de objetos parciales esencialmente fragmentario...
BASURA Y GÉNERO. MEAR/CAGAR. MASCULINO/FEMENINO Beatriz Preciado Más acá de las fronteras nacionales, miles de fronteras de género, difusas y tentaculares, segmentan cada metro cuadrado del espacio que nos rodea. Allí donde la arquitectura parece simplemente ponerse al servicio de las necesidades naturales más básicas (dormir, comer, cagar, mear…) sus puertas y ventanas, sus muros y aberturas, regulando el acceso y la mirada, operan silenciosamente como la más discreta y efectiva de las “tecnologías de género.”(1) Así, por ejemplo, los retretes públicos, instituciones burguesas generalizadas en las ciudades europeas a partir del siglo XIX, pensados primero como espacios de gestión de la basura corporal en los espacios urbanos (2), van a convertirse progresivamente en cabinas de vigilancia del género. No es casual que la nueva disciplina fecal impuesta por la naciente burguesía a finales del siglo XIX sea contemporánea del establecimiento de nuevos códigos conyugales y domésticos que ex...
Gilles Deleuze.- Nosotros no empleamos los términos «normal» y «anormal». Todas las sociedades son racionales e irracionales al mismo tiempo: son racionales en sus mecanismos, en sus engranajes, en sus sistemas de conexión, e incluso por el lugar que asignan a lo irracional. Sin embargo, todo ello presupone códigos o axiomas que no son fruto del azar pero que carecen, por su parte, de una racionalidad intrínseca. Ocurre como en la teología: si se admiten el pecado, la inmaculada concepción y la encarnación, todo es completamente racional. La razón es siempre una región aislada de lo irracional. No al abrigo de lo irracional, sino atravesada por ello y definida únicamente por un determinado tipo de relaciones entre los factores irracionales. En el fondo de toda razón está el delirio, la deriva. En el capitalismo, todo es racional salvo el capital. Un mecanismo bursátil es perfectamente racional, se puede comprender, se puede aprender, los capitalistas saben cómo aprovecharse de él, y si...
3. Amor desarraigado El viaje platónico del alma por la Belleza se ha escindido irremisiblemente en la realidad histórica occidental contemporánea. Tal vez nunca existió, a no ser como idea regulativa para algunos espíritus escogido, o tal vez se la podría pensar (cambiando lo que hay que cambiar) como ideal platónico-cristiano en los siglos medios. Pero es indiscutible que en la modernidad se produce una escisión de ese ideal. El desgarramiento de Eros se consuma dramáticamente a partir del romanticismo, que es una especie de malestar contra la modernidad, en plena modernidad. El romanticismo coincide, históricamente, con la consolidación de la civilización industrial burguesa. Se produce una suerte de “sube y baja” cultural o de enfrentamiento de polos opuestos. Como si hubiera sido necesario tanto lirismo para contrarrestar tanto mercantilismo. La locura y la muerte, para los románticos, dejan de ser un medio y pasan a ser un fin. En el ideal platónico, la manía y el anonadamiento c...
Un hombre que admite la patria, un hombre que lucha por la familia es un hombre que traiciona. Lo que él traiciona es lo que es para nosotros la razón de vivir y de luchar. La patria se interpone entre el hombre y las riquezas del suelo. Exige que los productos del sudor humano se transformen en reglas. Hace de un ser humano, un traidor a su semejanza. La familia es el fundamento de la presión social. La ausencia de todo compañerismo entre el hijo y el padre ha servido de modelo a todas las relaciones sociales basadas en la autoridad y en el desprecio de los patronos hacia sus semejantes. Padre, patria, patrón, tal es la trilogía que sirve de base a la vieja sociedad patriarcal y, en la actualidad, a la camada fascista. Los hombres dominados por la angustia, reducidos a una miseria y agotamiento cuyas causas no comprenden, se sublevarán un día hartos. Arruinarán entonces la vieja trilogía patriarcal: fundarán la sociedad fraternal de los compañeros de trabajo, la sociedad de la potesta...
LOS LENGUAJES DEL DESEO Esther Díaz RevistaTopía, año XV, Nº 44, agosto/octubre 2005. Una mujer incentiva sexualmente a su pareja mediante un método que termina por matarlo. Desesperada por lo ocurrido, le corta el pene y se lo introduce a sí misma en un vano intento por perpetuar el goce. Mientras el hombre estaba vivo, sus órganos y los de la mujer formaban una máquina de deseo. Pero cuando el desacople ya no es posible, porque lo que producía placer permanece “pegado” a la piel y ausente de otra subjetividad, acontece el horror. Esto ocurre en una de las últimas escenas de la película japonesa El imperio de los sentidos, de Nagisa Oshima. La protagonista no encuentra ya placer en la “posesión” de ese órgano perennemente alojado en el suyo. Camina a la deriva, se pierde a sí misma, pierde la razón. El deseo brutal, ese deseo en estado puro, porque se descodificó de lo aceptado socialmente, puede arrojarnos más allá de los límites de la razón. Pero también, en otras circunstancias, ...
LA SOCIEDAD POSEDÍPICA Esther Díaz Artículo aparecido en Imago Agenda, Buenos Aires, abril de 2006 Nadie pretende que un mito sea verdadero, más bien se pretende lo contrario. Pues los mitos anteceden a la razón e ignoran sus exigencias. El origen del pensamiento mítico se pierde en los laberintos del tiempo. El nacimiento de la racionalidad, en cambio, se remonta al crepúsculo de la cultura griega arcaica. Desde entonces la razón no solo ocupará el volumen histórico que anteriormente ocupaba el mito, también lo frecuentará. La literatura, las religiones, la ciencia y la filosofía hunden sus raíces en los mitos fundantes de nuestra cultura. El registro oral en el que transcurrían produjo distintas versiones de un mismo mito. Por ejemplo, el de Edipo pasó a la historia tal como lo escribió Sófocles y lo retomó e interpretó Freud. Pero las fuentes griegas reconocen otras versiones. En una de ellas Layo, siendo adulto, debió huir de Tebas por razones políticas. Fue recibido en el palacio...