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Mostrando entradas de diciembre, 2010
La idea de subjetivación colectiva singular no se refiere forzosamente a un  alma inmanente o trascendente, que sería el alma de un grupo social: todas  esas concepciones que refieren los fenómenos subjetivos a identidades culturales tienen siempre un fondillo de etnocentrismo. Una subjetividad puede estar implicada en procesos de singularización —como la subjetividad de los grupos homosexuales o de los negros, que reinventan un sistema  religioso particular como el candomblé—, sin que se tenga, por eso, que proyectar la referencia de una identidad cultural sobre esa producción de subjetividad. Tal referencia es mítica, aunque «mítica» no es precisamente la palabra que me gustaría emplear, pues se trata de un mito extremadamente funcional: implica un tipo de producción subjetiva que se ajusta muy bien a  los asuntos de las sociedades capitalísticas La cuestión micropolítica —esto es, la cuestión de una analítica de las formaciones del deseo en el campo soci...
  La servidumbre moderna es una esclavitud voluntaria, consentida por la muchedumbre de esclavos que se arrastran por la faz de la tierra. Ellos mismos compran las mercancías que los esclavizan cada vez más. Ellos mismos procuran un trabajo cada vez más alienante que se les otorga si demuestran estar suficientemente amansados. Ellos mismos eligen los amos a quienes deberán servir. Para que esta tragedia absurda pueda tener lugar, ha sido necesario despojar a esa clase de la conciencia de su explotación y de su alienación. He ahí la extraña modernidad de nuestra época. Al igual que los esclavos de la antigüedad, que los siervos de la Edad Media y que los obreros de las primeras revoluciones industriales, estamos hoy en día frente a una clase totalmente esclavizada, solo que no lo sabe o más bien, no lo quiere saber. Ellos ignoran la rebelión, que debería ser la única reacción legitima de los explotados. Aceptan sin discutir la vida lamentable que se planeó para ellos. La renun...